Fuente: Diccionario de la lengua española.

Como nadie está libre de… error, está bien recordar que el propio acto de errar lleva implícito el hecho de no querer cometerlo: nadie lo hace a propósito, o no del todo; de ahí que en aquellas ocasiones, bastante comunes, en que añadimos a nuestro error el adjetivo involuntario estemos incurriendo precisamente en uno. Otra cosa sería que aun sabiendo que tal acto es inadecuado o incluso perjudicial lo cometamos: por ejemplo, fumar, que es un error, un mal hábito para la salud en el que seguimos cayendo.