Es habitual encontrar el uso de este verbo con un sentido distinto al que le corresponde. Seguramente la confusión se deba a la semejanza morfológica y fonética con la voz desternillarse, y tal vez a cierta asociación semántica. Desde luego, uno puede desatornillar («Sacar un tornillo dándole vueltas») e incluso desatornillarse («Desconcertarse obrando o hablando sin juicio ni seso»), pero si a lo que nos referimos es al momento en que nos reímos a carcajadas, sonora, prolongada y violentamente, el término que debemos emplear es desternillarse. Antaño se creía que cuando uno estallaba de risa, debido al dolor que a veces se generaba en ellas, podía romperse las ternillas, unos cartílagos situados en la mandíbula que permiten su articulación.