O a eso llegaremos si continuamos abundando en una moda que, lejos de ser pasajera, apunta a permanecer entre nosotros. Ya no estamos inicializándonos en el uso de palabras largas en lugar de las ya existentes, más cortas; hace tiempo que iniciamos esta manía. Clarifiquemos, no obstante, que nada tenemos en contra de tal inclinación, pero resulta difícil posicionarse a favor de este recurso habiendo palabras menos extensas que aclaran igual de bien nuestra posición.